Suena el despertador. Vuelta a empezar.
Naces.
Lloras, comes y juegas.
No tienes preocupaciones.
No eres consciente.
Todo es perfecto.
Hasta que empieza la vida de verdad:
Estudias la ESO y el Bachillerato.
Por la tarde idiomas o deporte.
La selectividad.
Haces una carrera que se supone que te gusta.
Te gradúas.
Haces prácticas.
Y decides hacer un máster para especializarte y aprender.
Pero resulta que se aprende trabajando, no estudiando. Ya has perdido un año y una pasta.
Buscas trabajo, pero como no tienes experiencia, nadie te quiere.
Pero la experiencia se consigue trabajando.
El pez que se muerde la cola.
Consigues que alguien confíe en ti.
Empiezas con un contrato temporal a media jornada pagándote dos duros.
Les gustas. Te quedas. Simplemente por la pereza de buscar a alguien nuevo, no te hagas ilusiones.
Ya puedes poner en LinkedIn que eres - añadir puesto de trabajo en inglés con muchas palabras que suenen importantes -.
Ya vas en traje, o en camisa y zapatos a la oficina.
Ya cotizas.
Ya eres un trabajador.
Ya tienes tu cubículo privado.
Te han dado un MacBook y un iPhone de empresa, te sientes poderoso.
Llega la primera nómina, y ya sabes en qué gastarlo. Llevas 29 días esperándola.
Vaya, no has cobrado lo que te prometieron.
Descubres que una tal Hacienda se queda una parte.
Ahora ya sabes que trabajas para dos personas: tu jefe y Hacienda.
Así que ahora te toca vivir con lo que te queda.
Te sobra mes al final del sueldo.
Tienes un trabajo que no está mal, no lo odias.
Pero levantarte a las 7am te destroza.
Vas en metro o bus como el 80% de la clase media trabajadora.
Trabajas 8 horas (si tienes suerte), comes en 1 hora y vuelves a casa.
Sales a las 8am y vuelves a las 7pm. A mí ese cálculo me da 11 horas.
Te da pereza hacer cualquier cosa cuando llegas a casa.
Te tumbas en el sofá hasta la hora de cenar.
Te calientas algo, pides un Uber Eats o te haces un bocadillo.
Miras un par de capítulos de la serie de moda y te vas a dormir.
Suena el despertador.
Vuelta a empezar.
¿Podría ser tu diario?
La sensación de no hacer nada con tu vida, de no tener un propósito, en mi opinión, es de lo peor que te puede pasar.
Ver los días pasar, sin avanzar…
Para ayudarte con eso, durante esta semana, estará disponible un PACK de TODA la Tienda. A un precio de prácticamente el 50% podrás comprar todas las formaciones y herramientas que he publicado hasta ahora.
Libro “El Camino a la Libertad Financiera”
Guía de Inversión en Fondos Indexados
Excel de Control de Inversiones
Excel de Finanzas Personales
Excel para Analizar Inmuebles
Gestor de Finanzas en Notion
Simulador de Libertad Financiera
Simulador de Dividendos Crecientes
Acceso a la Comunidad Privada de Telegram
Todo eso, en una simple compra.
Difícil no rentabilizarlo y hacer un x10.
Únicamente durante esta semana.
Nos vemos el domingo que viene y cada día en Twitter.
Invierte Joven
PD1: Cuando te das cuenta de que estás estancado, puedes hacer dos cosas:
1) Lamentarte, darle las culpas a tu jefe o a quien sea y seguir con tu vida.
2) Frenar. Reflexionar. Pensar qué es lo que realmente quieres hacer con tu vida. Dar media vuelta y volver a empezar.
Si eres de los de la opción 2), necesitas esto más que nadie:
PD2: Es una forma un poco triste de ver la vida, sí, pero en muchos casos es la realidad…
Durante el fin de semana, la gente se olvida, pero llega el lunes y vuelta a empezar.
Poca gente es suficientemente valiente para frenar y hacer las cosas diferente.